.

.

domingo, 30 de diciembre de 2012

¿Una sabina china rebelde o más bien unas manos inexpertas?

La historia de hoy es un tanto rara. Todo empezó en la primera fiesta de la importación de David Benavente (estamos hablando de febrero de 2007). Me enamoré a primera vista de una sabina china shohin que estaba expuesta de esta guisa.


En realidad es mi único bonsái que ha salido en una revista aunque fuera por propaganda (podéis verla en la página 5 del número 116 de Bonsái Actual).

Con ella me pasó algo raro. No se me había ocurrido preguntar qué variedad de sabina china era pero me gustaba y la hoja tenía un verde muy bonito. Al tiempo de comprarla, dejó de gustarme, no sé por qué. En realidad podía ser porque no sabía qué hacer con ella.




En un ataque de aburrimiento le corté la rama colgante y lo peor de todo es que no me arrepentí. El caso es que empecé a odiarla. Incluso ha sido mi único árbol que he puesto a la venta. Fue en Portalbonsái y aunque se interesaron dos personas no llegué a cerrar el trato (me la querían cambiar por árboles peores). Al no hacerle caso empezó a debilitarse (quizás notó mi falta de "cariño").



Un buen día pensé que lo mejor era regalársela a un amigo. Y así me dispuse a hacerlo y aunque el amigo en cuestión no me la aceptó sí que se ofreció a cuidarla durante algún tiempo. Parece que en sus manos la sabina volvió a coger fuerza y al tiempo la formó con este resultado.


Me gustó su trabajo y compré una buena maceta para que mi amigo la trasplantara (como lo hice a ojo, la maceta le estaba un poco grande).

Sin embargo el verde se había alejado mucho del tronco y al desalambrarla y recuperar algo de su forma original no hacía presagiar un futuro prometedor.
La sabina volvió a mis manos. Con algo más de moral y aunque me parecía muy difícil enderezarla volví a alambrarla y darle forma con este resultado.


No me pareció mal entonces pero para los que me preguntaban el otro día cual era el estilo fuente (o palmera) que me criticaba Mario, aquí tenéis un claro ejemplo.

Pasó el tiempo y al quitar el alambre, la sabina seguía igual de rebelde.


Un poco aburrido de ella se me ocurrió llevársela a Mario Komsta hace dos semanas aprovechando el taller que hice con él. Al verla me preguntó ¿es una phoenicea? ¿Cómo? Me extrañé yo. No, le dije, es una sabina china de importación. Ummm, después de un momento me dijo, lo mejor es injertarle una variedad de hoja mejor de chinensis por aquí…

En fin, así lo haré, pero esa será ya otra historia venidera.

Saludos

6 comentarios:

  1. A veces con estos árboles con lo que no sabemos qué hacer nos puede el desánimo... pero seguro que en tus manos se va a convertir en un buen bonsái. Todo este tiempo de "abandono" y los distintos avatares serán después parte del alma del árbol, seguro.
    Feliz Año Nuevo 2013.
    Un saludo. César.

    ResponderEliminar
  2. ¡ Vaya final ! No me esperaba este desenlace. Cuando comenzaste a contar que se la habías llevado a Mario, me dije: "Tate, ya verás como nos emplaza para otra entrada en la que nos va a deslumbrar con lo bien que se lo ha dejado Mario Komsta". Veo que no ha sido así. En fin, el injerto es una solución drástica y que puede ser la mejor, pero te llevará bastante tiempo ver terminado el trabajo.

    Un saludo y Feliz Año Nuevo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Juan, no sabes cómo te agradezco tu comentario.Por dos razones.
      La primera y ya la he comentado anteriormente. Si nuestra intención es que las personas que nos leen adquieran algún tipo de conocimiento no podemos solo poner los finales felices. Es posible que algún bloguero nos enseñe solo lo que quiere para que sepamos lo bueno que es. No es mi caso ni muchísimo menos. Con esta entrada intento hacer saber que si con pocos conocimientos adquieres una árbol formado de este tipo te lo puedes cargar o al menos echar a perder (ahora creo que si sabría mantenerlo).
      La segunda es con respecto al taller con Mario. En primer lugar ya sabes que los maestros, sobre todo si se trata de un taller de un día como en este caso, no dan abasto y solo te trabajan un árbol. Si acaso algún comentario de otros. Pero lo más importante de mi entrada es que: "En bonsái ya no vale todo". Si Mario hubiera trabajado mi sabina te aseguro que hubiera quedado una preciosidad pero no, no vale todo y me alegro mucho de saberlo. Debo entonar el "mea culpa" con respecto a cosas que he pensado y dicho últimamente.
      Tienes razón en que el injerto es un pasaporte al futuro lejano pero entre hacerlo mal ahora e intentar hacerlo bien en el futuro ya me quedo con esta última.
      Gracias Juan, un abrazo

      Eliminar
  3. hostias ,con perdón ,a mí me parecía fantástica,tiene un shari y movimiento que me gusta ,estoy empezando a temer que voy en contra dirección ,yo tengo muchos perejiles,como bien sabes y me pasa algo similar alguno los voy odiando con el tiempo, hasta que un día me ocurre todo lo contrario y me apasiona ,sé que no llegarán a nada ,como yo ,igual aumenta mi cariño por ello ,no es tu caso ,has aumentado conocimientos y quizás por esto te desencantan algunos ejemplares que veías majestuosos ,un abrazo y feliz año ,vaya rollo me he marcado jaja

    ResponderEliminar