.

.

lunes, 29 de octubre de 2012

Un pequeño acebuche

Como os comentaba en una entrada anterior considero que la afición al bonsái es muy agradecida en cuanto a que cualquier proyecto por muy modesto que sea puede ilusionar como el que más.

Hace unos dos años un compañero de trabajo que conoce mi afición me llamó por teléfono “Antonio, he visto un pequeño olivo pegado a la carretera aquí cerca. Lo mismo puedes hacer un bonsái con él.” Fuimos a verlo y, la verdad, no me gustó. Yo he recuperado muy pocos árboles en mi vida, solo unos pocos olivos asilvestrados o acebuches, el olmito de una entrada anterior y dos sabinas sacadas de los propios arriates de mi patio que yo mismo había plantado algún tiempo atrás. Estaba un poco harto de acebuches y este pequeñajo no tenía nada de especial. Naturalmente, por no hacerle el feo a mi compañero, lo saqué del campo, lo podé delante de él (como siempre pasa con los profanos le pareció una barbaridad dejarlo pelado) y lo planté en la primera maceta que se me puso a tiro.


Mi idea era hacer con él cualquier cosilla y después de un tiempo regalárselo a mi compañero como agradecimiento (no hay nada peor que regar, abonar, alambrar, etc un arbolito que no te gusta).

En esta tesitura entró a formar parte de mis perejiles (aún conservo bastantes por motivos sentimentales y experimentales a pesar de todo) y ocupó el rincón de los olvidados. Ya me ha pasado muchas veces al regar. De pronto, después de meses e incluso años sin hacerle caso, el árbol arrinconado por carecer de la más mínima gracia, se presenta ante mis ojos como un nuevo reto al percatarme de que desde este otro ángulo, o cortando aquí, o yo que se que, le veo algún atisbo de belleza.
En este caso concreto vi que tenía una gran conicidad si cortaba a ras la punta. Dicho y hecho y el pobre se puso a brotar.


Yo seguía sin hacerle mucho caso, solo de allá para cuando me acordaba de él y le hacía alguna pequeña putadita. Que si le cambio la maceta que si le retuerzo más una rama... Pero a mi modesto entender, el olivito empezaba a tener ciertas cualidades, la conicidad, su pequeño tamaño, vamos que empezó a gustarme. Lo que entonces no me pareció apropiada era esa maceta tan alta donde, sin ningún interés ni atención, lo había puesto. Tenía una pequeña maceta redonda esmaltada que le iría “al pelo”, así que aprovechando agosto me puse a trasplantarlo. ¡Mi gozo en un pozo! Cuando recuperé el olivito en presencia de mi compañero, al no poner ni el más mínimo interés en la maniobra, había cometido el error más típico que se puede cometer al recuperar este tipo de árboles. No le había cortado suficiente por abajo para dejarlo plano con la altura deseada. Que quiere decir esto, que mi macetita tan pequeña y tan baja no podía ocultar este error y la altura del árbol se me iba. Por desgracia poner una maceta redonda como era mi intención dejó de ser posible y no tuve más remedio que utilizar una rectangular donde la altura del tiesto se disimula más. En el próximo trasplante tengo que bajar el nivel de plantado para que no se vea la parte inferior en forma de bola.

Bueno, por ahora este es el resultado. Me hace ilusión y seguiré intentando que me quede algo apañado para utilizar como acompañamiento.

7 comentarios:

  1. hola ya me conoces con los perejiles que tengo,me pas algo similar los sigues regando por cariño pero siempre te llevas una sorpresa ,con el tiempo de pronto presentan algún detalle especial,en cuanto le cambies la maceta ganará mucho creo que le sobram ramas en la parte baja pero no me hagas mucho caso jaja un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Buena evolución, ¿no?
    Falta lo que comentas, bajar el nivel de plantado.

    Un abrazo y gracias.

    ResponderEliminar
  3. Aunque la gente piense lo contrario, es difícil conseguir las proporciones adecuadas con estos tamaños. Tengo un acebuche de un tamaño similar y estoy muy contento con él. Préstale atención y cariño y él te responderá con belleza.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  4. Si sigue sin gustarte... ya sabes, me avisas y te hago el favor de quedarme con él sin problema ;))))
    Bonito arbolito, se nota el paso del tiempo. Desde un inicio modesto ha quedado un ejemplar bueno, bueno.
    Un saludo. César.

    ResponderEliminar
  5. Una evolución muy buena, premio a la constancia y al trabajo bien hecho a lo largo de años de cultivo. Un viejo proverbio chino dice: "No desprecies a la culebra por no tener cuernos, algún día tal vez se convierta en dragón", en este caso ya se ha producido la transformación. Felicidades por el trabajo.

    Un saludo.
    Juan Liñares

    ResponderEliminar
  6. Si hay algo que tiene arte de verdad es hacer un pequeñín de calidad, hace falta más técnica y manos que para cualquier otro tamaño. Es un trabajo solo apto para sibaritas.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  7. ¡Qué sorpresa más agradable! vuestras visitas me colman de alegría. Gracias Toni, Salva, Martín, Cesar, Juan y Tim. Cuando pienso en poner una entrada, no pienso en poner lo mejor que tengo para demostrar algo sino en lo que siento sea cual sea el resultado por muy mejorable que este sea.

    Gracias de corazón

    ResponderEliminar