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jueves, 4 de octubre de 2012

Saihate no Oka: el sueño de Saburo Kato

Durante algún tiempo, publiqué algunos artículos en el foro Bonsaisur. Quizás retome para mi nuevo blog algunos de ellos. Este que pongo hoy es el que más me gustó de todos ya que me pareció bastante emotivo. Aunque hace poco El TIM publicó un artículo similar, creo que este lo complementa un poco.

En Junio de 2005, Morten Albek, Torben Pedersen y Johnny Eslykke (los conoceréis por la página shohin-bonsai europe) se desplazaron a Japón para entrevistar a Saburo Kato. “Tenía pensado haber salido hoy de vacaciones hacia Kyushu dijo Kato, pero lo dejaré para mañana y así poder estar con vosotros y tener ese sentimiento de unidad que el bonsái nos proporciona”.

“Tras admirar un pino blanco de más de 400 años y un shimpaku de unos 300, nos sentamos a conversar”, nos cuenta Morten, “su simpática y sonriente esposa nos sirve fruta fresca y te caliente”.

“Tenía 13 años cuando trabajé con bonsáis por primera vez” recordaba Saburo, “en aquella época el sistema escolar estaba organizado para que los jóvenes fueran a la escuela hasta los 20 años y después acceder a estudios superiores que es lo que mi padre quería, pero no, eso no era para mi. Yo lo que quería era trabajar bonsáis y hacer de eso mi vida… La continuidad de Mansei-en está asegurada ya que mi nieto quiere continuar con el vivero…”

“Sabéis una cosa…”, comentó Saburo, “desde mi infancia he dedicado al bonsai todo mi tiempo, podría decir que el bonsai no es algo especial en mi vida porque el bonsái es mi vida. Desde los veinte años he soñado con exponer mis propios bonsáis pero aún no he tenido tiempo de hacerlo…”. “¿Quiere decir”, se sorprendieron los entrevistadores,”que Saburo Kato uno de los mayores maestros de bonsái no ha exhibido jamás sus bonsáis?”. “No. Toda mi vida he estado muy ocupado trabajando bonsáis para mis clientes pero ahora, después de esperar más de setenta años ha llegado el momento de mi exposición especial. Espero hacerla muy pronto.”

“A pesar de sus 92 años, nos explica con entusiasmo sus planes y nos lleva bajo el sol abrasador del verano hacia un área fuera de la zona comercial que el llamó –mi jardín privado de bonsái-. Allí nos encontramos los bonsáis, todos de la misma especie, plantados en roca y colocados en el suelo.” Saburo nos explicó “La exhibición no tendrá bonsáis convencionales. Tendrá lo que se podría llamar bonsái creativo. Tengo ya preparados unos 40 árboles para hacerlo aunque me harían falta unos 20 más. Quiero que el número total de árboles sea de entre 60 y 70. Estoy feliz y aún encuentro la energía suficiente para hacer bonsái y tener nuevas ideas. Es el bonsái el que me da las fuerzas…”

Algunos estaréis pensando, ¿de qué especie serán todos los árboles? Aaaamigo…tendréis que esperar un momento, sigo un poco más con la entrevista:
“Cuando estoy cansado” dice Saburo con nostalgia “me siento entre estos árboles, retrocedo 50 años en el tiempo y mi mente vuela hasta Rusia…” ¿Eeeeeh? para, para ¿que pinta Rusia en toda esta historia? me pregunto yo.
Yo siempre he admirado la película Ciudadano Kane (la primera vez que la vi siendo un chaval me pareció un rollo) porque pienso que todos tenemos un Rosebud. Perdonarme que os cuente una historia y luego sigo con la entrevista.

A finales del siglo XIX un grupo de bonsáistas reconocieron el enorme potencial que la picea glehni (picea de Ezo; Ezo era el antiguo nombre de Hokkaido) tenía como bonsái pero no fue hasta el final de la primera guerra mundial cuando se reconoció esto a nivel general una vez se trajeron recuperados bastantes árboles de esta especie. Para obtener los mejores ejemplares de esta picea se desplazaron hasta la isla de Kunashiri cerca de la península de Chishima en Hokkaido. Estas islas pasaron tras la segunda guerra mundial a ser territorio ruso (de ahí que Saburo se refiriera a Rusia, pero luego seguiremos con eso). Son las que nosotros conocemos como islas Kuriles donde aún hoy en día Japón mantiene un contencioso con Rusia por su dominio.

Tomekichi Kato fue el primero en alabar la belleza de la picea de Ezo y se apresuró a traerlas desde las islas de Hokkaido lo que propicio su popularidad.
Las piceas de Ezo de estas islas viven en un clima muy extremo ya que las montañas de Chacha-dake están heladas hasta julio y empiezan a volver a helarse en ¡Septiembre! La picea de Ezo no crece vigorosamente porque las condiciones del suelo impiden el crecimiento de las raíces, se mantienen vivas gracias a las pequeñas raicillas que se desarrollan en la parte superior de la capa de musgo esfagno que cubre todo el terreno. Además el árbol debe desarrollar los nuevos brotes y conseguir todo su crecimiento en tan solo tres o cuatro meses que dura la época de crecimiento (de principios de junio a finales de septiembre). Todo esto hace que los árboles de esta especie sean muy pequeños, incluso algunos de más de 100 años tengan el tronco del tamaño de un dedo lo que los hace propensos a convertirse en bonsáis.

Cuando los árboles eran recolectados, llegaban a la isla de Honshu a mediados de septiembre y en la siguiente primavera las piceas brotaban con un verdor bonito y brillante. Para emular sus condiciones naturales, las piceas recuperadas se plantaban en musgo esfagno que era su hábitat natural. Al ver la nueva brotación se pensaba que los árboles estaban perfectamente y se vendían. Sin embargo al cabo de algún tiempo, los árboles perdían el vigor y a finales de su tercer año en contenedor, la mayoría moría. Se puede decir que miles de árboles corrieron esa suerte ya que pasaron años hasta que se descubrió el problema.
Después de tantas muertes y tan tremendo caos emocional y económico, los compañeros de Tomekichi Kato sugirieron poner fin a las recuperaciones de las piceas de Ezo. Pero Tomekichi cautivado por la belleza de estos árboles continuó investigando para encontrar una solución al problema. Probó con nuevos métodos, abonos, macetas, riego, pero sin mucho éxito. Un día sobre 1928, al sacar una picea de su contenedor para trasplantarla se dio cuenta al eliminar las raíces deterioradas que había musgo podrido entre ellas. Los restos que quedaban parecían los mismos que quedan al hacer tofu. Cuidadosamente limpió las raíces y plantó el árbol en un sustrato normal, que a partir de entonces creció sano como una pera. Aunque las piceas crecían naturalmente en musgo, Tomekichi descubrió el problema que no era otro que al ser muy bajas las temperaturas ambientales donde viven las piceas, el musgo donde se desarrollan tarda mucho tiempo en descomponerse. Sin embargo al traer las piceas a un clima más cálido, el musgo se descomponía mucho más rápidamente y las raíces del árbol se pudrían al mismo tiempo.

La primera composición de Saburo Kato como bosque (yose-ue) fue un encargo del Sr Sakagami, presidente de una compañía que le pidió que le hiciera “el bonsai de su vida”. El deseo de Sakagami era que Saburo reflejara en la composición los bosques vírgenes de Hokkaido, usando las piceas de Ezo. La razón a este anhelo era que Sakagami era admirador del poeta Takuboku Ishikawa y quiso que Saburo reflejara el corazón del poema:

“Saihate no eki ni oritachi
Yuki akari sabishiki machi ni
Ayumi iriniki”

“Me bajé del tren en la remota estación y paseé por una ciudad solitaria iluminada solo por la nieve.”

“Shira shira to kouri kagayaki
Chidori naki
Kushiro no umi no
Fuyu no tsuki kana”

“El hielo brillaba, un chorlito cantaba, la luz de la luna de invierno en el mar de Kushiro”.

Este bosque se llamó Saihate no Oka (Colina remota).



 


A pesar que Saburo recordaba perfectamente los bosques de Hokkaido viajó allí varias veces para perfeccionar esta composición a la que dedicó 4 años. La terminó en 1957.

Pero continuemos con la entrevista…

“Estos bonsáis llevan conmigo 70 años y he trabajado en ellos desde entonces. Los recolecté en una isla de Hokkaido al norte de Japón. Desde Hokkaido había que viajar tres horas en barco hasta Rusia. Doce veces hice este viaje a Rusia para recolectar las piceas en las montañas costeras. Hoy, no es posible para nadie recuperarlas pues en Rusia está totalmente prohibido. Eso hace más especiales estos árboles. El mayor de ellos tiene unos 270 años.” Cuando me siento aquí recuerdo todo eso, cuando iba con mi padre, si muy felices momentos… Cuando miro este paisaje siento felicidad y tristeza al mismo tiempo porque recuerdo cosas buenas pero también malas.
Estos que veis son 25 de los árboles que tengo preparados para mi primera exposición. La composición muestra el escenario donde fueros recuperados en Rusia. Las montañas al fondo, en la mitad el bosque y en nuestros pies la línea de costa con piedras y bosques. De esta forma que los veis, serán exhibidos, es decir, sin macetas, plantados en roca. En total habré creado unas doscientas de estas piceas, veinte de las cuales se las regalé al Emperador.


Si las personas crean bonsái por supuesto que se divertirán pero también tendrán momentos de sacrificio. Si trabajas lo suficientemente duro, la recompensa será mucho mayor al final. Enseñar bonsái también me fascina en mi vida y regularmente voy a casa de personas mayores a enseñarles…”



Saburo Kato 15 de Mayo de 1915- 8 de Febrero de 2008


10 comentarios:

  1. Ya lo había leído, pero lo he vuelto a hacer... me encanta.

    Muchas gracias.

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  2. he disfrutado un montón y he aprendido otro tanto un abrazo

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  3. Gracias amigos os lo agradezco a ambos.

    Un abrazo

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  4. Fantástico, otro acierto que nos pongas todos tus artículos en tu blog, una forma de tenerlos mucho más a mano.
    Gracias.

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  5. Muchas gracias a vosotros por visitarme y poner vuestros comentarios siempre apreciados como oro en paño.

    Un abrazo

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  6. Un relato que habrá que ir releyendo de vez en cuando; sobre todo para no olvidar los pensamientos del maestro Saburo Kato y a su vez la manera de sentir el bonsai en lo mas profundo de cada uno de nosotros. Gracias por compartirlo.

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  7. Acabo de descubrirte, enhorabuena.
    Tus vivencias son tan interesantes como las de los grandes maestros.

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  8. Gracias Felipe y Jose Antonio, me alegro que os haya gustado. Como he dicho lo he elegido por su emotividad.
    Aprovecho para decir que esta entrevista se puede ver en youtube.
    Ojalá tuviera grandes vivencias. Solo las de un dilettante veneto.

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  9. No lo había leído nunca. Da para pensar mucho, es, simplemente, emocionante. Qué lejos estamos todavía. Es más, no creo que con nuestra mentalidad occidental de rivalidad, envidias i famoseos, lleguemos nunca a estar en posesión de esa forma de ver el Bonsai.
    Antonio, no tengo el placer de conocerte a pesar de mis 41 años en el Bonsai. Te felicito por la publicación.
    Saludos cordiales y bonsaieros.
    Julià de Bonsai Girona.

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