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domingo, 7 de octubre de 2012

Lo que casi nadie suele contar

 
Dicen unas sevillanas muy conocidas…
 ♫ ♫ ♫ No me cuentes penas, cuéntame alegrías, cuéntame alegrías que yo a nadie le cuento las penitas mías ♫ ♫ ♫  

En esto del bonsái hay que estar preparado. Pienso que es una afición que engancha pero que a la larga, pocos la seguimos manteniendo. Una de las causas creo que principales es la mortandad prematura de los árboles con los que empezamos. Si eres capaz de sobreponerte a esas primeras pérdidas, puede ser que llegues lejos en la afición.

Tengo que reconocer que de árboles a los que he considerado como importantes dentro de mi colección solo he sufrido dos grandes pérdidas. Por desgracia una de ellas ha sido este verano. He tenido que decirle adiós a un pino sylvestris al que auguraba un gran futuro. Dura pérdida. Igual me pasó hace algo más con una sabina rastrera. Aún me duele el corazón pero ¿por qué no contároslo?...

Todo empezó en la terraza de la que disponía David Benavente en Madrid mientras asistía a uno de sus talleres. Observando sus magníficos bonsáis, vi algunos árboles en venta. Entre ellos una sabina rastrera con muy buena pinta. ¡Ah ya! Le vi la etiqueta y el precio no me gustó tanto (al final acabaré con fama de roñosete) ¡Venga Antonio que no está el patio para estos gastos! De vuelta a casa la sabina seguía en mi cabeza y no paraba de darle vueltas al asunto. Una mañana no pude más y llamé a David ¿la habría vendido ya? “Si David, esa que estaba junto a la ventana más al sur” Aún la tenía, transferencia al canto y cajón en casa a los pocos días. Así me llegó (perdonad pero en la foto no se aprecia bien el follaje).



Mucha ilusión. Lo cierto es que la sabina me encantaba. La dejaría reposar (no sabía el tiempo que llevaba recuperada) y al año siguiente la llevaría a un taller de David para la primera formación. Aún no entiendo como una persona tan poco paciente como yo se aficiona a esto. El caso es que no veía el momento de trabajarla y como siempre, todo llega en la vida. Febrero de 2010 y mi sabina viaja a Madrid en el maletero de mi coche.

Comienza el taller y toca el turno de estudiar mi árbol. Elección del frente, etc etc.


Yo ya lo había estudiado en casa hasta la saciedad pero en estos momentos me gusta más que hable el maestro porque además al final siempre es muy distinto el resultado a mis expectativas.

La primera rama de la izquierda había que moverla para adaptarla al Diseño que David había propuesto. Yo pensé “pues sí, menudo tocho, a ver quien mueve eso” pero para los grandes maestros no hay nada imposible. Alicates parte-troncos y tira millas.



A mí sinceramente no me hace mucha gracia esta raja que le queda pero ¡qué le vamos a hacer!



Preparada para alambrar


Un poco de alambre por aquí, un tensorcito por allá y la sabina estaba lista con un ángulo de plantado algo extremo.



Ya os dais cuenta por qué no me gano la vida como fotógrafo, perdonad por la calidad de las fotos en general, soy negado.

Pasados unos días, la sabina secó una rama. Lo achaqué a un mal alambrado por mi parte ya que dañé parte de la corteza. Era una rama con cierta importancia pero nada que no pudiera arreglarse.
Decía Marco Invernizzi en una entrevista que uno de los errores más comunes y graves entre los aficionados al bonsái era precipitarse en poner el árbol en maceta. Pues esa misma primavera ya estaba deseando cambiar la sabina a una maceta y así lo hice.
No sé que pasó además de esa precipitación que denunciaba Invernizzi, el caso es que después del trasplante la planta quedó en letargo. No brotó esa primavera aunque conservó el verde durante mucho tiempo.

Mi preocupación iba a más hasta que un día el verde empezó a apagarse de forma generalizada. La prueba del algodón. Se aprietan las agujas y si te quedas con ellas en la mano ¡se acabó! La verdad es que sentí un gran dolor.



Solo conozco una forma de sobrellevar esto, hacerlo con resignación y ¡comprarme otra sabina! Pero esta será otra historia que os contaré más adelante.





17 comentarios:

  1. Todos tenemos historias de estas, pero no todo el mundo se atreve a contarlas, muy bien valiente.

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  2. ¡Esa paciencia! La virtud de los que no se dedican al bonsái, seguro... A mi también me pasa, tener el árbol ahí y no hacerle nada, aunque sea una ramita para un lado o para otro o cortarle algo... por eso tengo también árboles "de desecho", para divertirme con ellos y dejar a los "un poco mejores" tranquilos.
    Experiencias así creo que las tenemos todos, y queda uno "tocado", la verdad...
    Un saludo. César.

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  3. Desde luego que siempre nos quedará en el recuerdo aquellos árboles que con buen futuro perecieron por el camino. Pero esto sigue y sigue.
    Un saludo

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  4. Como se suele decir.. a rey muerto, rey puesto.
    Por fortuna yo nunca e perdido ningún árbol importante, (tocaremos madera)pero recuerdo un arce al que tenia mucho aprecio y al que decidí acodar para mejorar el nevari. Pues bien, llego la hora de irnos unos días de vacaciones y no se me ocurrió otra cosa de poner el goteo en la maceta donde estaba el acodo. Cuando volvimos el arce estaba más seco que la mojama.

    Saludos

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  5. Que tal amigo. El relato que cuentas es efectivamente replicado una y mil veces por numerosos aficionados, pero voy a permitirme una licencia en tu caso, a riesgo de equivocarme. A la vista de la información que se extrae de las imágenes y el relato tengo la sensación de que el factor determinante no ha sido la premura. Hasta donde conozco la especie realizar ambos trabajos en ese plazo o menos no debería ser problema si se dan las condiciones adecuadas. Creo que posiblemente ha sido una suma de factores los que han provocado el desenlace. Si nos encontramos en Alcobendas, ademas de tomarnos un cervecita juntos podemos hablar un rato de lo humano y lo divino.
    Un abrazo.
    Luis V.

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  6. Por si te sirve de consuelo, tengo amigos que han visto en viveros de grandes maestros algún árbol que también se les ha muerto. Si se les mueren a ellos, no se nos van a morir a nosotros. Aunque no deja de doler, sobretodo si se han puesto muchas ilusiones sobre el mismo.
    Lo siento.

    Un saludo.

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  7. yo no te contaré mis penas que llevo un verano negro ,de todo se aprende aunque el precio sea alto un abrazo

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  8. Muchísimas gracias por vuestros comentarios. Estoy seguro que antes o después todos tenemos alguna historia de estas que lamentar.
    Gracias Luis por darme tu opinión. Lo malo de todo esto es no saber el porqué. No corté muchas raices pero puede ser que como dices sea un cúmulo de cosas que acabaron con el árbol. Mucho me temo que este año no podré ir a Alcobendas pero seguro que nos encontraremos en cualquier otro sitio y podremos charlar (como lo hicimos en la pasada edición al encontrarnos en Laos Garden).
    Un abrazo a todos

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  9. Año nefasto en el que he perdido árboles con veinte años de trabajo. Desesperante, para dejarlo todo. El mayor problema no es perder un árbol, sino no tener clara la causa de esa pérdida y por tanto no estar libre de que vuelva a pasar.

    En mi caso nigún árbol es capaz de sustituir a otro.

    Un saludo

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  10. Cuanta razón tienes Antonio y cuanta humildad. Gracias

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  11. Gracias Larrunarri y siento tus pérdidas pues entiendo tu dolor.
    kenghai, muchas gracias por tu comentario.

    Saludos

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  12. Lo peor es esos dias o meses en los que te das cuenta de que " esto no marcha bien" y por la causa que sea, eres incapaz de buscar o encontrar una solución.

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  13. Bajo mi humilde opinión creo que estos incidentes deben de servirnos para aprender de nuestros errores y creo que nos debe motivar para seguir haciendo mejor las cosas.
    Gracias por compartir tu experiencia Antonio.

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  14. Que sorpresa más agradable!!!!! No conocía tu blog. Me ha encantado volver a leerte. Un saludo

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  15. He tratado este asunto pues lo considero fundamental. Como dirían los sicólogos todo depende de nuestra tolerancia a la frustración. Gracias por vuestros comentarios.
    Supernova, me alegro de saber de tí y de que me visites.
    Un abrazo

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  16. Esto nos hace apreciar más a los que deciden quedarse.

    Ha sido muy placentero entrar en tu blog.

    De nuevo muchas gracias por compartir.

    Un abrazo

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  17. Gracias arbolito, un placer saber de tí y que me visites.

    Un abrazo

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